Balones de fútbol indestructibles para una buena causa

One World Futbol son balones de fútbol  que no necesitan ser inflados, cuyo material resistente y a la vez elástico, permite que se pueda jugar al fútbol en cualquier superficie y lugar, sin riesgo de pincharse o romperse.

El emprendedor y músico Tim Jahnigen decidió crear en 2006 el proyecto One World Futbol después de ver un informe de niños en Darfur jugando un partido de fútbol con una pelota formada con restos de basura. De poco sirve jugar con los balones de las estrellas en terrenos escarpados y expuestos a condiciones atmosféricas complicadas. De ahí surgió su idea para crear una pelota que no pudiera ser destruida por las duras condiciones que a menudo se enfrentan los futbolistas en algunas partes del mundo.

El proyecto One World Futbol distribuye balones imposibles de pinchar en las zonas más desfavorecidas del planeta. Desde su nacimiento, el proyecto ha impactado positivamente en la vida de niños y jóvenes en 137 países a través de escuelas, orfanatos y organizaciones no lucrativas, que han usado al deporte para resolver conflictos, enseñar tolerancia y construir comunidades.

Estos balones de fútbol indestructibles llevan la felicidad a muchos niños que no pueden acceder a una pelota y que están acostumbrados a jugar en tierra y barro, donde el balón dura poco. Desde hace siete años, Jahnigen ha venido repartiendo su invención y ya van más de un millón de pelotas repartidas, sobre todo en países en vías de desarrollo.

La pelota está hecha de PopFoam, un material de goma similar al usado en las famosas zapatillas Crocs, que es flexible, fuerte y muy durable. Aguanta el sol, el agua o el cloro, y no se arruga ni se rompe ni adquiere mayor peso.

Otra particularidad es que si compramos una pelota, cuyo precio es de 39 euros, otra pelota es inmediatamente donada con ese dinero a algún niño de un país en vías de desarrollo. Un proyecto que distribuye felicidad a miles de niños a costo cero con el simple poder de una pelota durable. Su creador ha manifestado su deseo de extender la idea a otros deportes, que aunque no tan populares como el fútbol harían igual de felices a niños, jóvenes y adultos.

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